La vi sola, desconsolada, llorando en aquel portal con el corazón muerto. Me acerqué a ella y solo le pregunté una cosa:
- ¿Cómo te llamas? –
- Emily – Me contestó ella entre sollozos.
Y antes de que pudiera volver a decir nada la abracé muy fuerte y le susurré al oído:
- No sé que te ocurre, pero seguro que ese tío es un cabrón que no te merece –
En sus labios se dibujó una sonrisa.
Muy lindo
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